jueves, 13 de enero de 2011

"A fuerza de irrisión, pero también de extrema precisión, Baudrillard desmonta..."


quisiera tener más tiempo y menos pereza para leer cositas como estas:


Jean Baudrillard, sociólogo y filósofo, es bien conocido por sus reflexiones
sobre los problemas de la realidad, la apariencia y la ilusión.
En este capítulo centraremos la atención en un aspecto poco destacado
de su obra: el uso frecuente de terminología científica y pseudocientífica.
En algunos casos, se trata claramente de metáforas.
(...)
Sin embargo, no toda la física de Baudrillard es metafórica. En sus escritos
más filosóficos parece tomar la física -o por lo menos su versión de
la misma- al pie de la letra, como en su ensayo Le fatal, ou I'imminence
reversible, dedicado al tema del azar:

Esta reversibilidad del orden causal, esta reversibilidad del efecto sobre
la causa, esta precesión y este triunfo del efecto sobre la causa son fundamentales.
(...)
Esto es lo que entrevé la ciencia cuando, no satisfecha con cuestionar el
principio determinista de causalidad (eso es una primera revolución), presiente,
más allá del principio de indeterminación, que todavía desempeña una
función como hiperracionalidad -el azar es una flotación de las leyes, lo que
ya es, de por sí, extraordinario-, pero eso que, en lo sucesivo, presiente la
ciencia en los confines físicos y biológicos de su ejercicio, consiste, en realidad,
en que no sólo existe una flotación, una incertidumbre, sino una reversibilidad
posible de las leyes físicas. Ése sería el enigma absoluto: no una ultrafórmula
o metaecuación del universo (lo que todavía era la teoría de la
relatividad), sino la idea de que toda ley puede reversibilizarse (no sólo la partícula en la antipartícula, la materia en la antimateria, sino las leyes en sí mismas).
Dicha reversibilidad -las grandes metafísicas siempre han desarrollado
esta hipótesis- es la regla fundamental del juego de las apariencias, de la metamorfosis de las apariencias, contra el orden irreversible del tiempo, de la
ley y del sentido. Pero resulta fascinante observar cómo la ciencia llega a las
mismas hipótesis, contrarias como son a su propia lógica y a su propio funcionamiento
(Baudrillard, 1983, págs. 232-234; cursivas del original).

Es difícil saber qué entiende Baudrillard por «reversibilizar» una ley de la
física. Es cierto que en física se habla de la reversibilidad de las leyes, una
fórmula condensada que se usa para designar su «invariancia respecto a la
inversión del tiempo». Pero esta propiedad era ya bien conocida en la mecánica
newtoniana, teoría determinista y causal por excelencia, y no tiene
nada que ver con la incertidumbre ni se sitúa, en absoluto, en los «confines
físicos y biológicos» de la ciencia. (Por el contrario, precisamente la no reversibilidad de las leyes de las «interacciones débiles», descubierta en 1964,
constituye una novedad aún no bien comprendida.) En todo caso, la reversibilidad
de las leyes no guarda relación alguna con una supuesta
«reversibilidad del orden causal». Finalmente, las confusiones -o fantasías-
científicas de Baudrillard le conducen a hacer aserciones filosóficas
injustificadas: no aporta ningún argumento para apoyar su idea de que la
ciencia llega a hipótesis «contrarias (...) a su propia lógica».

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ash...
j,

Carmen Sa dijo...

"ash"? no me digas que eres fan de baudrillard... o que falló en algo la argumentación de nuestros amigos de Imposturas intelectuales

C.

Anónimo dijo...

Un comentario del libro. No se lo pierdan:
http://networkedblogs.com/jJr8k