lunes, 19 de marzo de 2012

Trastorno agresivo-pasivo de la personalidad

Todo el tiempo pienso en clasificarme, y mi búsqueda de respuestas es a veces tan superficial, que me recuerda a aquella Carmen de la adolescencia intentando comprender su modo de ser a través de los tests que aparecían justamente en las revistas para adolescentes.
Pero ahora me he dado a la tarea de revisar el DSM IV, porque alguien me dijo que quizá mi personalidad tiende a estar cercana a uno de los transtornos que ahí se describen. Trastorno agresivo-pasivo de la personalidad. Busqué en el Manual y no lo encontré; al parecer ya lo "descontinuaron". Investigaré... 
Total, aquí está la descripción de dicha patología... Vale mais, me identifico mucho:
  • Se caracterizan básicamente por buscar la compañía de los demás pero al mismo tiempo y debido a su gran ambivalencia, les rechazan y alienan. Por un lado la persona quiere que alguien cuide de él o haga su vida gratificante, pero por otro lado, no quiere perder autonomía o libertad y le disgusta aceptar indicaciones y mandatos, en general de aquellos de los que dependen. Están atrapados entre la intensa dependencia y la demanda de autonomía.
  • Desea por un lado sentirse independiente de los demás y por ello le disgusta acatar las órdenes de los demás no cediendo ante el otro; pero por otro lado desea contar con el favor del otro puesto que el pasivo-agresivo es muy dependiente, y no puede permitirse la confrontación directa y el ser asertivo, puesto que corre el riesgo de perderle. Para solucionar esta ambivalencia entre querer oponerse al otro sin ser asertivo y buscar la confrontación, utiliza estrategias de resistencia a las órdenes indirectas recurriendo a la posposición, la ineficacia y la obstinación, así como mostrando conductas de oposición y fastidio hacia los demás. Si el otro se enfada por la oposición del pasivo-agresivo actúan ofreciendo una imagen de perplejidad o ineptitud, aparenta haberse olvidado del asunto o se ofrece al otro con una imagen indolente.
  • Sus creencias son: “Si sigo las normas pierdo libertad”, “si alguien llega a conocerme seré vulnerable”, “si dependo de alguien no tengo capacidad de decisión”, “no imponiéndome a los demás directamente estoy a buenas con los demás”, “no debo seguir los pasos de nadie”, “dar el brazo a torcer significa que no tengo control”.
  • Se muestra resentido y envidioso de los demás haciendo comentarios desagradables sobres los que tienen más suerte que él.
  • Se ve así mismo con poca suerte, poco apreciado, gafado y ninguneado por los demás, muestra sentirse desilusionado de la vida, agrio y descontento.
  • Los demás les ven como obstinados, no cooperadores, desobedientes, quisquillosos, malhumorados, enfurruñados, pesimistas.
  • Aunque en ocasiones hacen confesiones genuinas de arrepentimiento, a la larga vuelven a mostrarse oposicionistas y malhumorados.
  • Raramente se culpabilizan a sí mismos.
  • Reaccionan ante la percepción de no sentirse apreciados.

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