Ella sabe que todos tienen un lado frágil. Siente pena, compasión, quiere herirlos o ayudarlos. Lo malo es que nunca atina a saber cuál es esa debilidad que, develada frente a sus ojos, los haría llorar como pequeños en medio de la multitud. Así de patética, hace el rídiculo siempre tratando de ayudar o herir, tratando de existir en la vida de esos otros. Ella.
3 comentarios:
No lo sé... aún sigo caminando y haciendo daño a mi paso... y de igual forma (aunque sé que por mi instinto natural la herida la suelo hacer más profunda que tu) no puedo ayudar, por más que lo intente y por más que me esfuerce.
Pensé que yo era ella.
el problema de ella es que no ayuda y no hiere. se equivoca en encontrar el punto débil. no lo busca bien o deja pasar el momento justo en que alguien podría derrumbarse si le tocan ese nervio, esa fibra que lo desata todo, la destrucción o la dependencia.
besos a mis dos nenas adoradas
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