Nunca estás, no, no sabes lo que es la plenitud. Estás siempre más allá de ti, de lo que eres, de lo que puedes tener, de lo que en el fondo quieres. Cuando lo alcanzas, no te sirve, no te gusta. O persigues lo que sabes que nunca tendrás. Así vives, en la ausencia. ¿Por qué?
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