No espero de mis buscados detractores la dignidad que con tanta insistencia me piden a mí. No espero que eviten hacer lo que ellos critican en mí; ni ver en ellos la madurez que me exigen.
Cuando me decepcionan es por esto: se dan baños de pureza, se consideran libres de culpa, de defectos, de inmadurez, niegan la soberbia, niegan la pendejez, niegan la amargura. Requieren con urgencia un psicólogo (tanto o más que yo, porque por supuesto que yo también lo necesito).
Ni modo, está en la naturaleza del ser humano ser contradictorio, y ser "mustio" con sus propios defectos.
Por eso considero que, aun contranatura, no hay virtud más cara que el cinismo.
Practíquese en la medida de lo posible. je... jejeje
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